No sé si habréis observado que cuando se habla de igualdad entre hombres y mujeres, sobre todo en el ámbito de las empresas, de los gobiernos …, se tiende a enmarcar este asunto dentro de la diversidad e inclusión, para acabar mezclándolo con otros conceptos como la multiculturalidad, variedad de perfiles, experiencia etc, etc., total dentro de un totum revolutum.

Evidentemente esto no es porque no consideremos todas estas reivindicaciones de la máxima enjundia, sino porque, al juntar tantos conceptos importantes, al final, queremos creer que no de una manera voluntaria, aunque tenemos nuestras dudas, se acaba haciendo perder protagonismo a la primera.

Seguramente si pensamos en una novia lo vamos a ver claro. En una boda, la novia es la protagonista, es su día todas las miradas, la admiración, las palabras, la atención se dirige a ella. Por eso a casi ninguna novia le gusta celebrar su boda con 10 novias más y el por qué, no hay por qué explicarlo. Todos lo sabemos o con un poco de empatía lo imaginamos.

 

Pues eso exactamente ocurre cuando se habla de igualdad entre hombres y mujeres que, en seguida, se mezcla, con otras igualdades y al final queda bastante desdibujada. Da la impresión que siempre tiene que tener la amiga guapa al lado que le resta protagonismo.

 

Ahora mismo ya no queremos un coctel con seis ingredientes mezclados que, cuando lo bebamos tengamos que esforzarnos para acertar alguno de los mismos, porque mezclando varios sabores no somos capaces de percibir el sabor de cada uno en toda su intensidad y plenitud.

 

Dejémonos de contradicciones flagrantes como que las empresas se hartan de decir que hay que poner foco y cuando de focalizarse en igualdad se trata ya no hay ningún problema en desenfocarse, Oh my God!

 

Coherencia, pedimos coherencia y que la igualdad de género se sitúe en el centro de todos los debates, y pueda brillar y lucir como corresponde, sin que otros temas y objetivos le hagan sombra.

 

Queremos que esta vez la igualdad entre hombres y mujeres sea el tema principal, el leiv motiv sobre el que gire todo y giren todos.

 

Queremos que las empresas dejen de enmascarar sus parcas políticas de igualdad, que les sirven para situarse en rankings, poniendo unas cuantas mujeres donde les interesa y que con ello parezca que ya han cumplido con nota.

 

Queremos que las mujeres tomen puestos de responsabilidad, porque capacitadas y bien preparadas están, y de sobra. Y todos los sabemos.

 

Queremos personas que no se llenen la boca de conceptos como estrategia de igualdad, políticas igualitarias …sino que por sus actos demuestren que realmente están haciendo y luchando por ello y no maquillando nada, que para maquillarnos ya nos bastamos nosotras.

 

Queremos dirigentes que pongan a las mujeres en el lugar que, en su fuero interno, saben que les corresponde, aún a riesgo de hacerles sombra.

 

Queremos que, si esto no ocurre de una manera lógica y natural, como vemos que no está ocurriendo, haya políticas no ya que lo incentiven, sino que lo impongan, sí impongan, aunque suene dictatorial, porque en un momento determinado, si voluntariamente no se hacen las cosas, hay que forzar para que se hagan.

 

Queremos en definitiva ver que todos los que hablan, y se están subiendo al carro, propugnándose como abanderados indiscutibles de la igualdad femenina, se ponen manos a la obra y dedican su empeño y esfuerzo para que esto ocurra y ocurra YA, que llevamos esperando mucho tiempo. Siglos diría yo.