He leído en varias ocasiones que para impulsar cambios profundos y para romper la inercia de años, siglos y, en este caso, milenios no está de más exagerar, pasarse, revolver, provocar… Más tarde –se dice- las cosas sufren un ajuste y de algún modo se equilibran, integrando ya el cambio por el que se había luchado.
Quizá sea esa la explicación de que algunas formas de entender el feminismo difundan sorprendentes mensajes excluyentes, que casi huelen a censura, intolerancia, victimismo y cristianofobia, esta última muy aplaudida social e intelectualmente, muy de moda.
Humor y respeto, válidos para visibilizar y criticar
La historia se ha escrito en clave masculina. Las mujeres que han logrado liderar cambios en la sociedad y que han dejado impronta desde la primera fila en cualquier ámbito han sido pocas. A nosotras casi siempre nos han llevado a la tercera o cuarta división, con todo lo que eso implica. Es hora ya -cualquier dilación es inaceptable- de cambiar esta realidad y de situarnos en el espacio, en las oportunidades y en los ámbitos de poder y respeto que merecemos; de que por fin podamos abrir todas las puertas.
Para poner nuestro granito o saco de arena, aquí elegimos visibilizar la desigualdad con humor, lucidez y rotundidad, sacándonos de esos lugares comunes donde no nos han dejado asomar.
Elegimos denunciar lo injusto y luchar por lo que evidentemente es justo, reclamando igualdad, oportunidades… sin rugir, agraviar, ni perder las formas, respetando ideologías y creencias, aceptando las diferentes visiones del feminismo, intentando no caer en el victimismo y por supuesto leyendo a las grandes autoras y autores que nos apetezca. Sin tachar, ni dedicarnos a resucitar el Índice de Libros Prohibidos (Ver El Mundo).
Entre otras cosas, porque no consideramos inteligente emitir ninguna valoración ni descalificación de nada ni nadie desgarrándolo del contexto en que vivió, y de los valores y prejuicios -positivos y negativos- de su tiempo.
Y que nadie sienta la tentación de pensar que nuestra lucha es menos válida o persigue objetivos menos ambiciosos que quien provocando pretende imponer tiranías con las que muchas no estamos de acuerdo.
La lucha por nuestros derechos también es diversa.
Un salto inimaginable
El día en que las mujeres puedan tomar las riendas de sus propias vidas, sin ninguna discriminación, obstáculo ni prejuicio, y ajenas a cualquier condicionante social o político, la sociedad –mujeres y hombres- dará un salto inmenso.
Como hemos dicho en otras entradas, creemos que de la mano de la mujer y con su visión, las cosas mejorarán..,. respetando siempre nuestras mil diferencias de opinión y sin corregir, manipular ni reescribir demagógicamente la historia. Porque, aun haciendo una aplastante crítica de muchas cosas del pasado, lo que de verdad nos parece útil corregir y cambiar es el presente y así construir un futuro igualitario y en muchos aspectos más femenino.
Rechazamos trasladar al feminismo los errores y la exclusión del machismo. Esta es nuestra manera de entender y luchar por la Igualdad.
Deja un comentario