María Pérez fue una soldadera gallega, probablemente la más popular del siglo XIII y especialmente famosa en la corte de Alfonso X el Sabio, donde era conocida como “A Balteira”.  Entretenía a los cortesanos cantando y bailando, protagonizó varias cantigas de escarnio y es de las pocas soldadeiras cuyo nombre conocemos.

Los datos que se conocen sobre María provienen, en su mayoría, de un documento del monasterio de  Santa María de Sobrado dos Monxes (La Coruña), firmado en 1257 y de la mención a ella en varias cantigas de escarnio e maldizer.

Nació en Armea, Coirós (actual provincia de La Coruña). Era hija de Pedro Eanes de Guimaráns y de Azenda Peláez.  Pertenecía a una familia de hidalgos con dinero.  En Armea era dueña de una casa y de varias propiedades heredadas de su madre, que posteriormente vendió o donó a los monjes cistercienses del monasterio de Sobrado, a cambio de unas rentas, de protección y de ser enterrada en el monasterio.

Soldadeira

Muy joven, durante el reinado de Fernando III el Santo, empezó su carrera como soldadera; una mujer que, para entretener a los cortesanos,  cantaba, bailaba y realizaba ejercicios durante la actuación de juglares y trovadores; a veces acompañaba  a los soldados en las campañas militares; y por su actuación recibía como salario “una soldada”.  Aunque era hidalga y pudo tener otra vida, María eligió ser soldadera, posiblemente para no estar sometida a  las decisiones y la obediencia a un marido, y para poder moverse y decidir con una, aunque muy limitada, cierta libertad.

Enamoró a bastantes cortesanos y trovadores galaico-portugueses, y fue amante de algunos. Pero de Ambroa estuvo muy enamorado de ella y Pero Mafaldo escribió que estuvo “moi coitado” por amores de la Balteira.

En la corte de Alfonso X el Sabio

Según Ramón Menéndez Pidal, su momento de mayor fama fue entre 1257 y 1267 en la corte del hijo del anterior rey, Alfonso X de Castilla, el Sabio.

Se conservan 15 cantigas de escarnio que hablan de ella, compuestas por 11 trovadores, entre otros el rey Alfonso X, Pero Garcia de Ambroa, Pedro Amigo de Sevilla y Pero da Ponte.

Las cantigas de escarnio eran un género satírico de la lírica medieval galaico-portuguesa, que criticaba utilizando sobreentendidos y palabras encubiertas. En las cantigas de maldizer, sin embargo, el poeta criticaba e insultaba abiertamente. Las cantigas sobre María relatan con burla sus andanzas y amoríos. El rey Alfonso X se inspiró en sus relaciones con un tal Juan Rodríguez, para componer una cantiga picante: la Balteira pide que le construya una casa de madera y Juan Rodríguez debe calcular exactamente los troncos que va a necesitar.

“Si lo quieres hacer bien -sugiere la Balteira-, de buena medida la debes coger, así y de ninguna manera más pequeña. Esta es la madera adecuada, si no, yo no os la señalara. Y como ajustada se ha de meter, bien larga toda ella ha de ser para que vaya entre las piernas de la escalera. Esta es la medida de España, no la de Lombardía de Alemania; y porque sea gruesa no os parezca mal, pues si es delgada no sirve para nada”.
Independiente y aventurera
Las cantigas la presentan como una mujer un poco supersticiosa, que jugaba a los dados, hacía trampas, al principio fingía perder para luego desplumar a los otros jugadores y tenía un mal perder que la llevaba a blasfemar. Parece que desplumaba a los ballesteros en el frente de guerra y en la frontera, probablemente en Murcia (estas cantigas la sitúan en las zonas fronterizas entre el reino de Castilla y el de Granada).  Los ballesteros, las tropas armadas con ballestas, tuvieron un importante protagonismo en las tierras peninsulares de frontera. Desempeñaban principalmente labores de escolta de los reyes. Llegaron a ser tan eficaces y mortíferos, que el uso de la ballesta contra otros cristianos fue castigado con la excomunión en el II Concilio de Letrán de 1139.

 

María tuvo tratos con los moros y es posible que, en alguna ocasión, actuara como agente de Alfonso X,  utilizando sus artes y encantos en alguna intriga política.  Según los poetas Pedro Amigo y Vaasco Pérez, fue amante de Fi de Escaliola.  Alfonso X apoyó la rebelión de los hermanos Beni Escaliola, por entonces arráeces de Málaga, Guadix y Comares, contra el reino musulmán de Granada. Esto  facilitó al rey cristiano la victoria sobre la ciudad.

Cruzada

El documento del monasterio de Sobrado, y las cantigas de Pedro Amigo y Pero da Ponte dan a entender que  fue una cruzada y  que, hacia 1257,  cumplió su voto de peregrinar a Tierra Santa, aunque no hay confirmación de que llegara a Jerusalén. Dado su estilo de vida, este viaje provocó  el sarcasmo de algunos trovadores, como Pero da Ponte, que le dedicó otra cantiga del escarnio.

Con la vejez y la pérdida de su belleza, María tal vez ejerció de alcahueta cortesana. Sus últimos años  fueron también cantados por los juglares.  “¡Soo vella, ay capelán! (Soy vieja, padre)”, se lamentaba.

Tras una vida aventurera, llena de riesgos y poco convencional para ser mujer,  se retiró a su casa de Armea o, más probablemente, a una propiedad de Pedro Amigo en Salamanca, con el que mantuvo una estrecha relación. Se ha documentado que este poeta, clérigo y canónigo donó unas casas al cabildo de la iglesia salmantina, con la única condición de que María Pérez pudiera seguir viviendo en ellas de por vida, tras el pago de 25 maravedíes. 

Falleció poco después de  1267 y probablemente en Salamanca.  Tal como pidió, fue enterrada en el monasterio de Santa María de Sobrado dos Monxes.

Al igual que con el resto de soldaderas, trovadoras y juglaresas, no han llegado testimonios de sus dotes artísticas. Sin embargo, la fama alcanzada en la corte y las múltiples cantigas de escarnio sobre ella, en las que no hay burlas sobre sus cualidades artísticas en el baile, el canto o la música, hacen pensar que pudo ser una mujer de gran carácter y talento no solo vital.

María Balteira, que se quería
ir já daqui, veo-me preguntar
se sabia já quê d’agùiraria

Pedr’Amigo de Sevilha

María Balteira, por que jogades
os dados, pois a eles descreedes?

Pero García Burgalés

Os beesteiros daquesta fronteira
pero que cuidan que tiran mui ben
quero lhis eu conselhar ûa ren;
que non tiren con Maria Balteira.

Pedro de Ambroa

O que veer quiser, ai, cavaleiro,
Maria Pérez, eve algun dinheiro;
Senon, non poderá i adubar prol.

Johan Vasquiz de Talaveira

O que a Balteira ora quer vingar
das desonras que no mundo prendeu
se ben fezer non deva começar
en mi, que ando por ela sandeu.

Pedro de Ambroa
“Ya nuestra cruzada María Pérez vino de ultramar, tan cargada de indulgencias, que no se puede con el peso tener derecha.

Las indulgencias debían guardarse con cuidado, como algo muy precioso, pero la maleta de María Pérez no tiene cerradura, y los mozos del lugar se la trastornan a cada momento; húrtanle las indulgencias, y todas las perdió como cosa, al fin, mal ganada”.

Más información: Música antigua, Carlos Alvar, Iconos medievalesWikipedia, Galipedia.