Estaba pensando el otro día en que significa realmente hoy pertenecer a la mediana edad y me puse a leer un poco sobre ello. Así como hace unos años se entendía que se había entrado en este período de la vida a los 40 años, ahora parece que se entiende que te encuentras en ese período a los 50 o 55 años. Es cuando las personas han pasado la juventud y entran en la madurez.

 

El concepto, en general, de media, mediana, en el medio, me dio mucho que pensar porque realmente parece que no se está en tierra de nadie, pero es realmente donde se sustenta y se soporta todo. Daremos algunos ejemplos.

 

¿Quién ha soportado y sigue soportando, sin prácticamente ayudas, siempre el sistema?, la clase media. Esa clase que suele estar integrada por profesionales cualificados, que trabajan normalmente por cuenta ajena, que pagan sus impuestos religiosamente, normalmente bastante elevados, y que no reciben ayudas y subvenciones de ningún tipo porque el estado los tiene controlados y entiende que son privilegiados. Los que tienen mucho dinero ya tienen las vías para jugar y en su caso duplicar y triplicar sus beneficios con las más variadas operaciones y los que tienen menos, concepto discutible en ocasiones, son los que reciben todo tipo de ayudas y apoyo de las instituciones.

 

¿Quién tiene la plenitud de conocimientos y preparación, pero no son ni tan jóvenes para que las empresas los encuentren lucrativos y exprimibles ni tan viejos como para que el estado se ocupe de ellos?, pues la gente de mediana edad, plena de conocimientos y energía, pero ya no tan manejable ni moldeable por los empresarios como los jóvenes, ni en edad de jubilación como los mayores. Esa gente de mediana edad es de la que lamentablemente se prescinde en muchas empresas y que muy probablemente ya nadie va a contratar por muy preparado y válido que sea.

 

¿Quién en una familia de tres o más hijos siendo el mediano no se siente un poco desplazado? el mediano, el mayor, cuando nace, recibe todo de todos, sin nadie que le haga competencia, es el rey de la casa, y toda la vida lucha por mantenerla. El pequeño recibe también todo tipo de mimos, se le protege especialmente, es el más consentido, el que hace las cosas a su antojo. Pero el mediano, que pasa con él, como ya nació con alguien delante y tiene a alguien detrás, pues probablemente pasará mucho más desapercibido.

 

¿Quién en las empresas ha tenido que luchar con uñas y dientes, teniendo que responder ante los de arriba y peleándose con los de abajo? Los jefes medios. Estos que tienen que esforzarse para que todo fluya y sea como le han indicado. Los que responden ante los directores y tienen que justificar ante su equipo las decisiones tomadas. Y luego al final, los éxitos son de unos y de otros y los fracasos o problemas de estos mandos.

 

¿Qué mujeres, aun estando estupendas, no se sienten a veces invisibles o unas pesadas por estar encima de todo? Las mujeres de mediana edad. No son tan jóvenes, para que jóvenes y maduros, incluso vejetes, se estén todo el día fijando y pendientes de ellas, porque ya su cara y su cuerpo denota el paso del tiempo y de lo vivido, además de tener mucha más inteligencia que cuando eran jóvenes, y no son tan viejecitas para que su pareja, si han logrado llegar juntos a esa edad, o el resto de la humanidad las vea como adorables.

 

Así podríamos seguir citando miles de ejemplos, pero lo que sí debemos de tener claro es, que aunque ese concepto a muchos les de cierta tirria porque les parece incluso aburrido, son todas esas personas, las que se encuentran en el medio de todo, las que al final soportan todo, mantienen todo y sin las cuales todo se iría al garete. Son las piezas principales sobre las que se sustenta todo.

 

Cuidadín, cuidadín que, como un día se revelen todas esas personas, todo se va a hundir. No nos dejemos llevar por cantos de sirena, que todo lo que se sitúa en los extremos, sin el sustento medio, no es nada y en cambio la media, la gente de mediana edad, los que están en la media no necesitan de los extremos para mantenerse.

 

Cuidemos y mantengamos a esa media, aunque nos parezca que no tienen glamour o no son trendys, porque son vitales. No fomentemos su menoscabo, no los ignoremos, porque ese error nos puede costar, ya nos está costando, muy caro.