Enheduanna o Enkheduanna  fue una poetisa  acadia,  la escritora más antigua conocida hasta el momento y una de las primeras mujeres de la historia cuyo nombre real conocemos. Hija de reyes, fue una princesa y suma sacerdotisa en el templo del dios Nannar (la Luna). Vivió en la ciudad-estado de Ur (Sumeria),  en la parte sur de la antigua Mesopotamia (actualmente Irak y Siria).

EnheduannaEn-hedu-ana o En Hedu Anna (según diferentes interpretaciones) nació en el 2300  o  2285 a. C., en el imperio  acadio. No conocemos su nombre real de nacimiento.  Era hija del rey Sargón de Acadia y de la reina Tashlultum. Tuvo varios hermanos: Rimush, Manishutusu, Shu-Enlil.   También fue tía del rey acadio Naram-Sin.

Suma sacerdotisa

Su padre la designó en Ur, suma sacerdotisa de Nanna o Nannar, el dios-Luna sumerio, una de las divinidades principales del panteón mesopotámico.  Recibió entonces los nombres de “Hedu” (adorno) y “An” (cielo). Por tanto, su nombre adulto significaba «la alta sacerdotisa, adorno del cielo» o «la alta sacerdotisa de An (dios del cielo)».  

El título de “Sacerdotisa En”  constituía un papel de gran importancia política, que frecuentemente se concedía a las hijas de la familia real de Mesopotamia.  Enheduanna también mantuvo este cargo durante el reinado de Rimush, su hermano. En esa época participó en varias actividades de agitación política, por lo que fue expulsada, aunque posteriormente recuperó su papel como sacerdotisa. Su obra poética más famosa Exaltación de Inanna  (‘nin me sar2-ra), cuyo tema central es la devoción a la diosa Inanna, incluye detalles de su expulsión de la ciudad de Ur y de su posterior regreso. Esto está relacionado también con “La maldición de Acad”, en la que su sobrino, el rey Naram-Sin, es maldecido y desterrado por Enlil.

Primera escritora y poeta conocida de la historia

A lo largo de su vida, compuso 42 himnos para los templos de Sumeria y Acadia, escritos en caracteres  cuneiformes sobre tablillas de arcilla. Sus temas son religiosos. Destacan los himnos al dios Nannar y a su templo de Ur,  y a la diosa Inanna, protectora de la dinastía de Acad. Los textos aparecieron en 37 tablillas, encontradas en las ruinas de Ur y Nippur. Se los conoce  como ‘Los himnos de los templos sumerios‘. Estos himnos constituyen la primera colección de poemas religiosos del mundo y son considerados como uno de los primeros intentos de elaboración de una teología.

Durante cientos de años, se hicieron numerosas copias de su obra, muchas de ellas siglos posteriores a su muerte,  en Nippur, Ur y  Lagash. También se han encontrado inscripciones reales que indican que eran muy valiosas. Esto confirma que durante siglos fueron muy apreciadas  y que se siguieron utilizando durante mucho tiempo después del fallecimiento de la escritora.

Tras su muerte, aproximadamente en el 2250 a. C., siguió siendo recordada como una figura importante de su civilización, y es posible que obtuviera un estatus semidivino.

La existencia de Enheduanna como personaje histórico está totalmente confirmada. Su nombre y su imagen apareció en un disco de alabastro  en las excavaciones de Gipar en Ur, donde estaba su residencia principal. Varios documentos históricos escritos la mencionan como hija del rey Sargón de Acad, el primer gobernante que unió el norte y el sur de Mesopotamia.  En el cementerio real en Ur, también se han encontrado dos sellos con su nombre, pertenecientes a sus sirvientes.

Su vida y su obra, la única mujer entre los grandes autores de la literatura mesopotámica, revela el papel cultural de la mujer en la sociedad antigua e indica que existía cierta educación femenina en la antigua Mesopotamia, limitada, eso sí, a las clases muy altas. Algunas esposas de reyes encargaron poesías e incluso es posible que las compusieran ellas mismas (el papel de escriba se le atribuye a la diosa Nindaba).

Por tanto, el primer autor conocido de una obra de arte era poeta, mujer, aristócrata y alto cargo de su gobierno.

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