Mientras me duchaba esa mañana, pensaba en cómo podía seguir funcionando tan bien mi cerebro teniendo en cuenta todas las cosas que guardo en él y todos los pensamientos, ideas, disgustos, alegrías, contradicciones… que se me agolpan en un totum revolutum, cuando de pronto escuché en la radio  “El cerebro de la mujer parece tres años más joven que el de los hombres”.

Como la ducha estaba en plena ebullición, no estaba segura de haber escuchado bien, así que cerré el grifo. El periodista afirmaba que, en una reciente investigación realizada por la Escuela de Medicina de la universidad de Washington, que ha publicado la Academia de Ciencias de Estados Unidos, se asegura que “el cerebro de la mujer parece ser tres años más joven que el de los hombres de la misma edad” y, por ello,las mujeres tienden a permanecer mentalmente agudas durante más tiempo que los hombres”.   Parece ser que esto es consecuencia de que los hombres entran en la edad adulta tres años antes que las mujeres y esto afecta a toda la vida.

Como siempre estoy pensando y dando mil vueltas a mil cosas en la cabeza, aunque esos pensamientos crea que, a veces, me van a llevar a la locura y muchas veces me gustaría tener, podríamos decir, un cerebro más simple, me vino a la cabeza lo que me dijo un taxista,hace ya varios años cuando íbamos en animada charla. “No se cómo siempre parece que nosotros nos mantenemos más jóvenes que ustedes, las mujeres, si eso es mentira. No hay más que hablar con ustedes para saber que todas son mentalmente mucho más jóvenes que nosotros”. Ya veo que el citado señor estaba en toda la razón. Y eso con la simple observación. Sin necesidad de acudir a un estudio científico.

Entonces me pregunto, si las mujeres tenemos ese podríamos decir decalaje, a nuestro favor de tres años, y ya está demostrado que durante más tiempo permanecemos mentalmente más agudas, ¿Por qué las empresas, instituciones y entidades, se empeñan, a la hora de contratarnos, en decirnos con sus actos y su forma de actuar,  que somos más viejas? ¿que estamos amortizadas, mientras que a ellos no?  ¿Por qué partir de casi los 45 años, cuando claramente nuestro cerebro está en su mejor momento, muchas veces nos dejan fuera del mercado laboral  o  ser contratadas es casi imposible?

¿Por qué, en el campo emocional y de pareja, algunos hombres, me permito decir poco inteligentes, cambian a su mujer por otra más joven, sin tener en cuenta que si a alguien hay que achacar  más envejecimiento a la misma edad, es a ellos? ¿Qué quieren? ¿Un cerebro aún más joven? ¡Dios Mío! qué poco maduros.

Voy a dejar de dar vueltas a mi cerebro, no sea que envejezca de golpe o ¿es que ese continuo no dejarle parar hace que lo tengamos más joven? Habrá que seguir investigando, pero mientras tanto, ojo al dato.