El tema de la memoria, su desarrollo y utilización siempre me ha causado curiosidad, quizá porque llevo ejercitándola y poniéndola a prueba toda mi vida. Por observación, siempre he pensado que, en general, las mujeres suelen tener más memoria que los hombres. Lo he achacado a que las mujeres tienen que ejercitarla más, por eso de tener que ser multitasky y de estar simultáneamente a mil temas: profesionales y personales. Como todo aquello que se trabaja, cuanto más se ejercita, más se desarrolla.

La memorización es ahora un concepto un poco denostado. Se habla de solo razonar las cosas, obtener tus propias conclusiones, decirlo con tus propias palabras… Y esto se pone en detrimento de la memorización, por ejemplo a nivel académico, afirmando que no lleva a nada aprender las cosas efímeramente como un papagayo. Pero la verdad es que no son conceptos excluyentes, más al contrario, cuanto más y mejor memoricemos las cosas y más desarrollemos nuestra memoria, más conocimientos tendremos y más cosas aprenderemos. No en vano, algunos métodos vuelven a poner énfasis en la memorización como forma de aprender.

La palabra memoria se utiliza, incluso casi se manosea, cuando sacamos a relucir cosas o hechos que se produjeron en el pasado y que en la época actual se niegan o se olvidan. Si no interesa que se olviden, se habla de falta de memoria, recuperar la memoria, traer a la memoria, monumento a la memoria… En caso de que interese su olvido, simplemente se obvian, como si jamás hubieran existido.

Me congratula saber que, después de pegarnos con media humanidad: hijos, marido, jefes, compañeros, amigos…, diciendo que algo sucedió de tal manera y ellos llevándonos la contraria y asegurando con firmeza que sucedió de la otra, se haya demostrado científicamente, lo que de sobra ya intuíamos, y es que, en general,  tenemos más y mejor memoria que los hombres.

En los test realizados, las mujeres de mediana edad hacen gala de una memoria  superior a la de los hombres de su misma edad. Y aunque se confirma que esta empieza a disminuir a partir de la menopausia, también se afirma que, a pesar de todos los avatares, las mujeres de mediana edad superan ampliamente a los hombres de mediana edad, en cualquier prueba de memoria que se les plantee.

Si la neurociencia asevera que, a través de la memoria podemos evaluar el pasado para actuar en el presente y planificar el futuro, y esta casi siempre es sustancialmente mejor en la mujer que en el hombre,   de nuevo no entendemos cómo no se intenta  que sean en su mayoría mujeres las que lideren gobiernos, empresas…  y todo tipo de entidades y organizaciones, siendo, como todos sabemos, esas tres características tan consustanciales con el desarrollo y el mantenimiento sostenido de cualquier organización.

A diario y en todos los ámbitos, incluido el que siempre se pretende que nos sea más propio: el doméstico, las mujeres nos pasamos la vida evaluando el pasado, actuando y no perdiéndonos en palabras vanas en el presente, y planificando el futuro. Es decir,  lo que tienen que hacer las grandes organizaciones para mantenerse, crecer y mejorar. Y eso es lo que las mujeres tratan de hacer con todo lo que tocan, grande o pequeño, privado o público, doméstico o trasnacional.

En otro artículo científico leí que, a diferencia de lo que queremos creer, la memoria no es un fiel eco de lo que pasó, sino que tiene una cierta dosis de creatividad; que reelaboramos los recuerdos.

Ahora sí que empiezo a entender todo porque, aunque esta afirmación lo que viene a decir es que la memoria cuando se evoca se hace fácil y permeable a nuestras emociones del presente, esto no justifica que para muchos la memoria se haga tan frágil, permeable y tamizada por las emociones y percepciones…, que directamente se invente el hecho. Eso sí, el nuevo debe servir más y mejor para los propios intereses y objetivos actuales.

¡Y nosotras que pensábamos que la memoria les fallaba a algunos hombres…! Craso error el nuestro. Aunque somos firmes partidarias de que hay cosas que es preferible olvidar y que solo olvidando dejamos hueco a lo nuevo y maravilloso que siempre pensamos que está por llegar, un poquito de por favor, ¡que recrear no es crear de nuevo algo!