Cada día me sorprende más y más la capacidad de ciertos ahora autodenominados “lideres digitales” para hacer un marketing tan estudiado de ellos mismos y de lo que les rodea, sin sustentarse en prácticamente nada. Para venderse y autopromocionarse sobre cero, sobre humo. Todavía sigo dudando de si los demás les siguen para beneficiarse de su presunto liderazgo sin ningún tipo de escrúpulo o si es que realmente los creen y reconocen como tales.

 

Se nos llena la boca con las palabras líder y digital. Pero ¿qué es un líder digital realmente? Lo más importante de la conjunción de la palabra líder con digital sigue siendo líder: aquel que, con esfuerzo, tesón, talento y trabajo, hace o dice algo importante que provoca un cambio o una revolución para mejorar la humanidad. El líder es una figura con carisma, credibilidad  y encanto personal -y no un encantador de serpientes, que es algo muy distinto- al que los demás siguen con ilusión de manera libre y voluntaria, reconociendo su liderazgo y dotándole de esa capacidad.

 

Cuando añado el adjetivo digital solo estoy añadiendo que el líder actúa en un entorno digital: tecnológico, global, incierto, flexible y cambiante. Pero no perdamos el foco, lo importante es que sea un líder. Lo digital, puesto que es el entorno en el que ahora nos movemos, vendrá a continuación.

 

El mundo necesita ya no líderes, sino gente capaz de sacar lo mejor de ellos mismos y de los demás, con verdadera ética, moral y principios, capaces de esforzarse, abrirse y de enseñar sin imponer, porque no existen verdades absolutas para todos. Personas que prediquen mediante el ejemplo y den verdadero testimonio de su capacidad y principios, aunque sea en un ámbito muy pequeño. Y en eso, creedme, las mujeres tenemos mucho que decir.

 

Somos muchos los que opinamos que las nuevas formas de hacer y estar vendrán de la mano de la mujer. Estamos demostrando en muchos ámbitos, de manera callada y natural, que una forma mejor de hacer las cosas es posible. Y todo ello en estrecha comunión con tantos y tantos hombres inteligentes y fabulosos que existen.

 

Todas nosotras trabajando de forma conjunta, colaborando como sabemos hacer, apoyándonos y poniendo el esfuerzo y el entusiasmo que solemos poner en casi todo lo que hacemos, lograremos desenmascarar, sin revancha, a los falsos líderes, sean o no digitales, para dar nuestra confianza a aquellos que realmente la merezcan. Posiblemente muchos de ellos no serán el líder sino la líder.