A pesar del brillante sol de julio, el sábado empezó a apagarse cuando supimos de la muerte de Maryam Mirzakhani.

 

“Fascinada por describir las complejidades geométricas y dinámicas de las superficies curvas”,  Maryam -una científica  dulce, frágil y muy creativa-   recibió la medalla Fields (2014), y los premios de  Investigación Clay (2014),  Satter (2013) y Blumenthal (2009) entre otros. Ha sido la primera, y hasta ahora la única mujer, que ha recibido el considerado premio Nobel de las Matemáticas, la medalla Fields. Le fue concedida a los 37 años, durante el Congreso Internacional de Matemáticas (CIM) de Seúl, por haber explicado la simetría en las superficies curvas (avances en la teoría de los espacios de moduli de las superficies de Riemann). 

Nacida en Irán, en  1977,  Maryam ganó la medalla de oro de la Olimpiada Internacional de Matemáticas  en las competiciones de 1994 y 1995. Se doctoró en la Universidad de Harvard. Trabajó como investigadora en el Instituto Clay de Matemáticas y en la Universidad de Princeton. Y desde 2008 fue investigadora y profesora en la Universidad de Stanford.

La belleza de las Matemáticas sólo se muestra a los más pacientes

Trabajó principalmente sobre geometría algebraica y diferencial (geometría hiperbólica, análisis complejos, topología, dinámica…), sistemas dinámicos, espacio de Teichmüller, modelos espaciales…

Se casó con el científico checo Jan Vondrák y fue madre de Anahita.

Ha muerto en California, donde vívía, a los 40 años, víctima de un cáncer de mama. Sus investigaciones, su actividad docente, sus debates académicos… han hecho de ella un referente para mujeres de todo el mundo, que han optado por dedicar su vida y su inteligencia a la Ciencia.

En su obituario, el presidente de Stanford, Marc Tessier-Lavigne, escribió “Maryam se fue demasiado pronto. Pero su impacto seguirá vivo en las miles de mujeres a las que inspiró para dedicarse a las matemáticas. Era una persona “humilde”, que aceptaba honores y premios “solo con la esperanza de que eso pudiera animar a otras a seguir su camino.  Descansa en paz, Maryam.

 

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