Todos los veranos desde hace ya varios años hacemos un viaje en familia de una semana o diez días. Además de disfrutar conociendo lugares nuevos, es el único periodo del año en el que desayunamos, comemos y cenamos juntos. El resto del año, en especial en periodos vacacionales, padres e hijos tenemos horarios tan distintos que coincidimos solo de vez en cuando.

Evidentemente, cuando tienes hijos mayores, el destino elegido tiene que ser atractivo porque si no lo es, la probabilidad de que tengan un plan alternativo en las fechas previstas para el viaje es altísima. Por esa razón, este año, como año especial, elegimos hacer un periplo por la costa este de EEUU; empezamos en Boston, luego fuimos a Washington y acabamos en Nueva York. Todo ello en diez días así que nos hemos pegado una paliza de muerte.

La razón de escribir esta entrada es por si puede servir de sugerencia a cualquiera que esté planificando un viaje similar al nuestro. La mayor parte de mis recomendaciones fueron a su vez recomendaciones de otros,  así que no voy a descubrir América (¡nunca mejor dicho!) pero pueden tener utilidad o eso espero.

Billetes de avión

Como ya sabréis, para encontrar precios razonables conviene comprar los billetes de avión con bastante antelación. Hay quien recomienda 7 meses como mínimo para viajar a EEUU. Yo compré los billetes en British Airways, a través del buscador de vuelos Skyscanner, a principios de mayo para viajar a finales de agosto, es decir, con tres meses y medio de antelación, y me salieron bastante bien de precio. Lo que es importante es que si tienes cierta flexibilidad en los días de ida y vuelta, te puedes ahorrar mucho dinero.

No sé si ya os habrá pasado que, una vez que tienes un vuelo seleccionado, si no acabas la compra, cada vez que entras en la web de la compañía aérea, observas que el precio del vuelo ha subido, aunque solo hayan transcurrido unos minutos desde la última vez que has entrado. Esto ocurre porque hemos dejado rastro en la web de la compañía aérea y una forma de obligarnos a comprar cuanto antes, es que percibamos que los precios no paran de subir. Si os pasa algo así, mi recomendación es que uséis el navegador en modo incógnito. De esta forma no dejareis rastro en ningún sitio y no os aplicarán esta “política de subida de precios”.

Navegar en modo incógnito es muy sencillo. Por ejemplo, en Google Chrome simplemente pulsa o haz clic en los tres puntos verticales de la esquina superior derecha del navegador y en el menú que se despliega selecciona “Nueva ventana de incógnito“. Si usas otros navegadores puedes buscar en Google cómo hacerlo.

Autorización

Para ir a EE.UU. de vacaciones no es necesario tener un visado, basta con solicitar la autorización para el viaje o ESTA (Electronic System for Travel Authorization). Es importante que se haga desde el sitio oficial ya que hay algunas páginas web que actúan de intermediarias y pueden confundir. Antes de solicitar la ESTA, conviene que tengas la reserva confirmada del hotel o apartamento donde te vayas a alojar durante tu estancia, porque te van a pedir esta información en tu solicitud. También te pedirán una persona de contacto en España para casos de emergencia.

Hoteles

La reserva de los hoteles la hice, como hago habitualmente, a través de Booking. Nunca he tenido ningún problema con Booking, es más, en una ocasión se encargaron de que nos devolvieran el dinero de reserva de una casa rural en la Toscana que fue una tomadura de pelo monumental, pero eso es otra historia.

En Boston reservé en el Sheraton que resultó fantástico por la ubicación y por el estupendo desayuno continental incluido en el precio de la habitación. En Washington reservé en el Hyatt Centric Arlintong que fue estupendo por la habitación, por el desayuno, por la amabilidad del personal y por el precio. No estábamos en el centro de Washington sino al lado del cementerio de Arlintong  pero estábamos muy bien comunicados en metro o en coche con el famoso National Mall. Por último en Nueva York reservé en el hotel Avalon que tiene una ubicación inmejorable para visitar la Gran Manzana; está a 200 metros del Empire State Building. Además la habitación que nos dieron era realmente espaciosa, cosa difícil de encontrar en Nueva York. Recomiendo todos los hoteles a quienes estén planificando un viaje a estas ciudades; así lo he hecho en la propia web de Booking.

Una vez reservados los hoteles y solicitado el ESTA (en menos de un día tuvimos la solicitud aprobada, eso sí, después de pagar los correspondientes gastos de gestión que ascienden a 14$ por solicitud), reservamos el coche para nuestros desplazamientos allí. Lo hicimos a través de Auto Europe con la compañía Dollar. Por 495€ reservamos un coche de gama media asegurado a todo riesgo y con kilometraje ilimitado durante cinco días. Recogimos el coche en el aeropuerto JFK y lo devolvimos en Manhattan a escasos 30 minutos andando de nuestro hotel. El alquiler con Dollar resultó fenomenal y mucho más barato que otras compañías de alquiler más conocidas por nosotros.

Apps y tarjeras para el móvil

Para movernos por EEUU decidimos utilizar un Smartphone con las apps de Google maps y Here we go. Esta última app tiene la ventaja de que puede funcionar sin datos móviles si previamente te has descargado los mapas de la zona por la que estás circulando que por supuesto hicimos en dos de nuestros teléfonos antes de la partida. En cualquier caso, para no estar incomunicados y por si acaso no funcionaba bien la app sin datos móviles, un mes antes de la partida contraté dos tarjetas SIM Holafly. Cada tarjeta, con datos ilimitados a máxima velocidad durante diez días, nos costó 39€. El proceso de contratación es muy sencillo y me llegaron a casa a los pocos días.

Lo mejor de estas tarjetas es lo fácil que es su activación; simplemente cuando la contratas indicas el día que quieres que se active y al llegar al país la insertas en el móvil y activas la “Itinerancia de Datos”. Y ya estás conectado a través de la red de AT&T, que es la de mayor cobertura del país. Funcionan tan bien que no llegué a conectarme a la WiFi de ningún hotel. Las recomiendo sin ninguna duda.

Visitas guiadas

Las otras reservas que hice antes de volar a EE.UU. fueron las visitas guiadas que teníamos claro que queríamos hacer. En general, cuando viajamos a lugares nuevos para nosotros, nos encanta hacer visitas con guías que nos cuenten la historia pero también las costumbres de los lugares que estamos visitando. Para Nueva York contratamos con bastante antelación el tour Contrastes NYC con la empresa Veanytours que previamente me habían recomendado por distintos canales. Y no sólo no me defraudó sino que la considero imprescindible si vas de visita a Nueva York. En esta excursión de cinco horas se recorren los barrios de fuera de Manhattan, es decir, el Bronx, Queens y Brooklyn, que es donde realmente viven los neoyorquinos. También, para nuestro primer día en la ciudad de los rascacielos, hice una reserva de un Free Tour por el Down Town de Manhattan con la empresa Civitatis que nos encantó. La guía nos hizo una introducción estupenda de la ciudad y nos dio una serie de consejos que nos vinieron estupendamente para el resto de la estancia.

Y por último, si viajáis a EE.UU., no olvidéis que ni la corriente ni los enchufes son como en España por tanto necesitareis disponer de adaptadores para enchufar cualquier dispositivo eléctrico empezando por los cargadores para los móviles. La verdad es que dos de los hoteles que visitamos tenían en la habitación dispositivos con puertos USB disponibles para cargar los móviles pero, por si acaso, nosotros nos llevamos dos adaptadores que compré en Amazon (¡cómo no!) por 9,90€.

Maletas

¡Ah! se me olvidaba una cosa importante. Cuando viajas a EE.UU. todas tus maletas deben poder abrirse por si en la aduana requieren hacer cualquier tipo de comprobación. Muchas maletas modernas llevan el sistema de cierre TSA que es un tipo de candado homologado por la Agencia de Seguridad en el Transporte (TSA) de Estados Unidos. Este tipo de cierre tiene una combinación numérica, puesta y conocida por el dueño de la maleta, pero lo que lo diferencia de otros es que son los únicos candados que pueden ser abiertos por el personal de las aduanas. De esta forma si quisieran revisar tu equipaje, no te romperían la maleta. La buena noticia es que si tienes maletas sin cierre TSA puedes comprar o bien un candado o bien una cinta con cierre TSA. Por alrededor de 10€ puedes solucionar el problema. Yo compré la cinta con cierre TSA en El Corte Inglés.

Con todo listo, ya estábamos preparados para empezar nuestra aventura americana. Pero eso será objeto de otra entrada.