El restaurante Flores de Alcachofa está situado en Pº de la Castellana 40, al lado de El Museo Arte Público de Madrid, antes llamado Museo de Escultura al Aire Libre de la Castellana, que alberga diecisiete esculturas abstractas de autores españoles. Es una zona que tiene bastante trasiego de gente joven porque al lado tiene uno de los restaurantes de El Lateral, y detrás el disco pub Green, famoso desde hace años.

El restaurante no es muy grande por dentro, pero lo compensa, con una terraza acristalada, casi más grande que el restaurante.

Está decorado con gusto, tiene una decoración vegetal, de estilo colonial, del estilo de muchos de los restaurantes ahora de moda y con techos muy altos. Cuelgan del techo unos ventiladores muy grandes que, no entiendo muy bien porque, pero estaban en funcionamiento, lo cual contribuía a que hiciera un poco de frío dentro, pero por más que insistimos que los apagaran, no nos hicieron ni caso.

Respecto de la comida, las flores de alcachofa que le dan nombre al restaurante, están bastante buenas, es un plato sencillo, pero para los que nos gustan las alcachofas, bastante rico. Pedimos este plato para compartir, junto con croquetas artesanas y rabas de calamar. Íbamos a pedir unas empanadas porteñas pero faltaban algunos platos de la parte que llaman de las Américas.

De segundos cada uno pidió un plato diferente: el cachopo de ternera, mucho más pequeño que el famoso cachopo asturiano. El chuletón para dos, el típico chuletón, rico, pero tampoco espectacular. La hamburguesa de solomillo, que la recomendaban, pero no me pareció para tanto. El pulpo con patatas marinera, que estaba bueno y, de las Américas también, ropa vieja con arroz de coco, un plato original.

En general la comida la calificaría de rica, pero hay otros restaurantes que me parecen mejores, además para mi gusto todos los platos venían un poco fríos, quizá porque a mí me gustan las comidas bastante calientes.

Seguramente con el buen tiempo estará más agradable, porque corren la cristalera y lo dejan abierto pero, en este tiempo, nos pareció que hacía frío dentro.

Respecto al servicio atentos, pero con pocos camareros, con lo cual, algún errorcillo hubo.

Allí mismo tomamos los cafés y la copa y al final por persona, copa incluida, con un par de botellas de vino y unas cuantas, de agua, además de algún aperitivo, salió alrededor de 50 euros.

El sitio es agradable para ir y conocerlo, yo creo que mejor en verano, pero personalmente, no es uno de los sitios en los que repetiría. De todas formas pincha aquí si quieres consultar la carta o tener más información.