Las que lleváis leyéndonos y acompañándonos desde hace tiempo, sabéis que la gran mayoría, o todo, de lo que decimos y hablamos está basado en nuestra experiencia personal, directa o indirecta, y en cosas que hemos visto y hecho durante años.

Hoy os voy a hablar de una planta antiquísima que acabo de conocer, o mejor dicho probar, y con la que estoy encantada con sus resultados.

El jengibre

El uso de esta planta es milenario y ha sido utilizado para propósitos curativos en la India y en China, durante décadas. Es una hierba cultivada en las tierras calientes del trópico. Es un tubérculo que parece como una mano, o un guante hinchado, y lo característico. además de su aspecto, es que desprende un olor fuerte y aromático.

Hace un año poco más o menos uno de mis hijos me empezó a decir que comprara jengibre y empecé a observar que se lo echaba en algunos platos, se lo ponía en las infusiones… Me picó la curiosidad y empecé a consumirlo. Empecé a incorporarlo rallado a algunos platos y sobre todo a incorporarlo en las infusiones de té verde, de manzanilla, de té rojo, y puedo decir, que estoy encantada de sus efectos. Además me encanta el sabor que da a los platos, pero sobre todo al té, entre picante y ligeramente amargo.

Al empezar a consumirlo he leído más sobre sus características y me he enterado que el jengibre es un buen aliado en la menopausia. Disminuye y palía los sudores nocturnos y los sofocos, aunque como es un poco irritante se aconseja consumirlo después de las comidas, que es lo que suelo hacer yo, lo rallo o directamente lo troceo, y me lo echo en la infusión de té verde que suelo tomar después de la cena.

Además, ayuda a acelerar el metabolismo, por lo cual, ayuda a bajar de peso si se toma al menos  dos o tres días a la semana,  evidentemente en conjunción y acompañado de una dieta adecuada y de ejercicio. También parece que elimina, para la gente que tiene problemas digestivos, la diarrea y los gases, y digo parece, porque yo no suelo padecer problemas digestivos y por ello este efecto no lo puedo comentar desde mi punto de vista.

Y es un remedio contra los dolores de garganta y los catarros, a los que son tan proclives algunas personas.

Yo que ahora vivo casi en un eterno verano, pero que cuando era más joven era muy friolera, he de decir, porque me lo noto y  lo he leído,  que hace entrar en calor.  Por eso, es muy recomendable consumirlo en épocas de frío, como la época a la que nos acercamos.

Es un antioxidante que contiene aceites esenciales entre los que se encuentra el gingerol, que es el que le da el sabor picante. Además, contiene vitaminas B y C y es rico en minerales como el calcio, que todas sabemos que nos empieza a fallar a partir de los 50 años e incluso  antes.

Sin embargo, como ocurre con todo, no se puede consumir de forma abusiva. Deben tener cuidado las personas diabéticas, con enfermedades cardiacas y con trastornos en la sangre.

Lo mejor es probarlo. Está en todos los supermercados y en todas las tiendas, así que compraos un par de deditos y a ver qué os parece. Seguro que os sorprende.