Hoy queremos hacer una breve reseña de un restaurante estupendo de Madrid, La bien Aparecida. Está situado en la calle Jorge Juan 8, en una zona de muchos restaurantes y que suele tener mucho trasiego de gente. Lleva abierto poco más de cuatro años y se ha convertido en una de las grandes referencias de Madrid.

Este restaurante es de Paco Quirós, dueño del Cañadío de Santander, del que ya os hemos hablado y de la Maruca. Después de estos decidió montar este restaurante, se puede decir, que dé más enjundia que los anteriores, donde hay que reconocer que se come estupendamente.

El sitio es muy agradable y cómodo priman en mesas manteles lámparas los tonos claros y cálidos. Nosotros estuvimos en la parte de abajo, con una temperatura justa, por lo que no pasamos ni frio ni calor. Estuvimos muy relajados. El servicio excelente, sin las tonterías y excentricidades de otros restaurantes, pero con buenos profesionales que estuvieron también, lo justo, pendiente de nosotros. Ni todo el rato al lado ni desaparecidos. Estaban cuando se les necesitaba.

Tampoco nos agobiaron cuando acabamos para dejar el restaurante, sino que esperaron pacientemente a que nos fueramos.

La comida, excelente. De primero compartimos la ensaladilla la bien aparecida, realmente riquísima, las flores de alcachofa con migas de rabo de toro y puré de patatas, deliciosas, y eso que a mí no me gusta nada el rabo de toro, pero una mezcla de sabores fabulosa y las croquetas de huevo cocido y lacón, realmente riquísimas también.

Luego de segundo tomamos merluza al horno sobre emulsión de ajo y su cococha, francamente deliciosa y la merluza de primera calidad, paletilla asada de cordero lechal en su jugo, que la sirven deshuesada, también francamente rica, el filete ruso con canelón de seta y salsa trufada, buenísimo también y steak tartar a nuestra manera con helado de mostaza, excepcional, incluso a la vista no era el típico que te ponen en casi todos los sitios.

Luego ya no podíamos más y compartimos, entre todos, una cucharada de la tarta de queso Cañadío, que es riquísima.

El vino muy bueno, pero francamente carísimo, por lo cual, no recuerdo la marca, pero elegimos uno de los más baratos, aunque cayeron dos botellas. Luego algún café y algún licor También habíamos tomado al inicio algún aperitivo, total alrededor de 65 euros. Bastante caro para mi gusto, pero adecuado a todo lo que habíamos comido, el sitio y la atención recibida.

Merece la pena ir, aunque sea solo en alguna ocasión especial. Todo estaba fabuloso. Para finalizar la noche una copita en las terrazas de la plaza de la Independencia, en mi caso una limonada porque no servían tés ni cafés. Una noche estupenda.

Una curiosidad intersante, la Virgen de la Bien Aparecida es la patrona de Cantabria.