Hace unos días acudí al Instituto de Empresa (IE) a la conferencia “Hoja de ruta para la Transformación Digital de las PYMES españolas”, impartida con el objetivo de dar a conocer el Programa de Dirección en Transformación Digital.

El tema me motivaba enormemente, porque he vivido de lleno el camino hacia la digitalización de una gran empresa y me interesaba mucho saber qué entendía una institución de tanto prestigio como el IE, por transformación digital de una empresa.

La conferencia -que duró aproximadamente una hora, dos horas con el debate posterior- era el resultado del proyecto final de varios alumnos de la III edición del Programa, que fueron quienes realizaron la presentación. Esos alumnos habían establecido una Hoja de ruta para la Transformación Digital de las PYMES españolas.

Hoja de ruta para la Transformación Digital de las PYMES

Básicamente consta de dos escenarios temporales: a corto plazo proponen lo que denominan la Transformación de la oferta y a medio plazo la Transformación de la demanda. Y establecen las fases típicas de todo proyecto para su ejecución: Entender el nuevo escenario (análisis interno y del entorno), Diseñar la estrategia, Planificar, Ejecutar y Medir.

Para entender el nuevo escenario proponen que, además de hacer el análisis tradicional del entorno, sector, etc., el dueño de la empresa se pregunte: Si fundara mi empresa hoy, ¿cómo lo haría? Ésta me parece una de las propuestas más valiosas de toda la presentación. Y sin embargo aquí tengo un comentario que me gustaría compartir. Evidentemente cualquier empresa que se funde a día de hoy tendrá un grado de automatización muy superior a la de muchas empresas que se crearon hace años. Esto probablemente implique muchos menos puestos de trabajo y entonces, ¿qué hay que hacer? ¿Despedir a la mitad de la plantilla? ¡Uf!… Una decisión dura, difícil y… costosa.

Pasamos al Diseño de la estrategia. Aquí proponen comenzar, en el corto plazo, con la revisión y automatización de los procesos internos, para mejorar la productividad, haciendo uso de soluciones de SaaS (Software as a Service) o soluciones en la Nube (Cloud Computing). Dicho de forma sencilla, la propuesta es que, en lugar de tener ordenadores en la empresa que ejecuten las distintas aplicaciones, se usen máquinas muy potentes y aplicaciones que están en Internet a las que se puede acceder desde cualquier lugar con un equipo sencillo. La ventaja es evidente; el proveedor del servicio SaaS se encargará del mantenimiento de toda la infraestructura TIC y el empresario únicamente deberá centrarse en su negocio. Además los servicios SaaS suelen ser soluciones de “pago por uso” con cuotas mensuales o anuales, que varían dependiendo del uso que se hace del servicio.

Para empresas de nueva creación o empresas que no tengan prácticamente ningún sistema implantado, es decir empresas que parten de cero, son soluciones perfectas, ya que no requieren inversión inicial y permiten crecer a medida que crece el negocio. Para empresas ya establecidas, con algunos sistemas en funcionamiento, el principal problema suele ser la migración, es decir, pasar los datos de un sistema a otro y, creedme que esto suele ocasionar más de un dolor de cabeza.

En el medio plazo proponen una estrategia basada en la explotación de los datos, que la automatización de los procesos permitirá recoger y almacenar digitalmente, como palanca principal de la toma de decisiones. Los datos permitirán a la empresa conocer mejor a sus clientes y por tanto adaptarse mejor a su demanda. Realmente aquí radica el éxito de cualquier empresa.

La tecnología en la transformación digital

Sobre las nuevas tecnologías, el comentario generalizado fue que son sólo un medio y nunca un fin aunque es imprescindible saber aprovechar las oportunidades que brindan. Citaron, sin explicar por qué razón, las principales tecnologías que, en su opinión, van a tener mayor impacto en la transformación digital de las empresas: IoT (Internet of Things o Internet de las cosas; os invito a leer la entrada), Inteligencia Artificial, Realidad Aumentada, Blockchain (puedes leer una introducción a esta tecnología en la entrada ¿Quieres saber qué es Bitcoin? ) y Big Data. De todas estas tecnologías hablaré en próximas entradas.

¿Digital o analógica?

La principal conclusión del evento fue que la transformación digital de las PYMES tiene más que ver con un cambio de actitud que con la tecnología. Es necesario que el empresario se transforme en emprendedor, con el cambio de mentalidad que esto implica. Es importante cambiar las estructuras verticales de muchas PYMES por estructuras más horizontales que favorezcan el empoderamiento y colaboración de todos los empleados. Es curioso que la transformación digital realmente tiene más que ver con algo tan “analógico” como es la actitud.

Esta recomendación me parece esencial para la buena “salud” de cualquier empresa y podemos denominarla: transformación digital, empresa Smart (era el término de moda antes de usar el término digital) o empresa de alto rendimiento.

No puedo terminar esta entrada sin hacer una crítica a los resultados de este equipo de proyecto cuyos integrantes rondarían los treinta años. Varias veces a lo largo de su exposición comentaron que sería aconsejable que las PYMES que quisieran hacer esta transformación “abrazaran” un cambio generacional y dejaran paso a las nuevas generaciones más acostumbradas al cambio. ¡No me lo podía creer…! y ellos insistían… No puedo estar más en desacuerdo con este punto.

Las generaciones de los años cincuenta y sesenta, somos las que realmente hemos demostrado que somos capaces de adaptarnos al cambio. Cuando empezamos a trabajar, no existían los ordenadores personales, ni Internet, ni el correo electrónico en las empresas. Desde entonces, hemos vivido muchísimos cambios.

Pero no es sólo eso. El último Informe Especial del Global Entrepreneurship Monitor sobre Emprendimiento Senior, publicado en abril de 2017 evidencia con cifras que hay más emprendedores que han traspasado el medio siglo de vida que jóvenes, aunque en la prensa solo se hable de estos últimos y por tanto todo el mundo piense que la situación es la contraria. Esa actitud emprendedora que es tan necesaria, no es exclusiva de las nuevas y jóvenes generaciones. Ni muchísimo menos. Y para muestra un botón.